A veces nos ocurre que algo que se prevé que sea transitorio o temporal se convierte en definitivo y estructural. Desde los inicios de Iniciatec, y gracias a la experiencia acumulada de sus miembros en grandes corporaciones, intentamos evitar a toda costa esas situaciones ya que al final el trabajo se duplica o incluso triplica por evitar invertir el tiempo y los recursos necesarios al principio de esa implantación.
Habitualmente se suelen producir debido principalmente a dos situaciones que aclaro con un par de ejemplos:
Situación primera:
Realizaremos unas pruebas de algún tipo de electrónica (routers, switchs, centralitas, etc.) para lo cual montamos en algún lugar de nuestra mesa todo el aparataje y nos disponemos a realizar las pruebas, es habitual realizarlas en horarios donde no interfieran con la marcha regular de la oficina y en ratos perdidos para aprovechar el grueso de la jornada en las tareas de mantenimiento y solución de incidencias normales del día a día. Con el paso de los días algo temporal se empieza poco a poco a convertir en estable y empezamos a hacer uso del “sistema” montado en nuestra mesa como si estuviese en producción ya que las pruebas han resultado satisfactorias.
Meeeeck!!!, gran error ya que de buenas a primeras el sistema que tenias en uso empieza a dar fallos aleatorios e inconexos, y empieza la locura. Pruebas de configuración, cambios de la programación del aparato, cambio de cables y fuentes de alimentación y un sinfín de elucubraciones que volverían chalado a cualquiera.
Un día que llegas muy temprano o te vas muy tarde y te das cuenta de que la limpiadora al repasar tu mesa levanta el equipo y se suelta la clavija de alimentación y ves la luz, encuentras el motivo por el que se reiniciaba tu equipo.
Todo por no haber metido en el rack conectado a su correspondiente sai en la sala fresquita de los servidores y haber parcheado algunas tomas hacia tu mesa para las pruebas.
Situación segunda:
Un cliente o departamento te pide que les montes un nuevo servidor para las pruebas de un software que van a tener en versión demo para su evaluación, y con toda tu buena fe les dices que hay que ponerlo en la sala de servidores y te contestan que solo va a ser por una semana y que debajo de la mesa de Juan estará bien, es más que como lo van a administrar una tercera empresa que no lo metas en la red que con un switch para la gente de administración es suficiente.
Y así tras dos semanas les preguntas que cuando se traslada el servidor y te contestan que no se puede apagar porque está en producción pero que mires a ver porque va la red tan lenta y no tienen acceso los del software a la impresora tal o cual.
Ahí lo tenemos, un buen marrón con todos su “avíos”. Un señor de fuera de nuestra empresa administrando un servidor en nuestra red sin control por nuestra parte que de vez en cuando se bloquea porque juan es muy friolero y se pone una estufa bajo la mesa, un switch en cascada (que no te dejaron comprar gestionable) y que te obliga a tener equipos con doble ip para que puedan acceder a las dos redes y cosas por el estilo.
Al final la opción buena era haberlo incluido en nuestro dominio, con permisos restringidos al usuario de terceros y dentro de nuestro rango de ip para evitar lentitud en la red, y por supuesto en el cuarto de servidores puesto al fresco.